miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Qué hace una chica como tú...

Algunos caballeros y parejas a los que acompaño me preguntan en algún momento de la cita, normalmente cuando el haber compartido orgasmos ya da una confianza que con otras personas tardas lustros en alcanzar, que por qué una mujer como yo se dedica a ofrecer este tipo de servicios.
Llegado este momento siempre me surgen al menos tres inquietudes:
La primera, ¿qué tipo de mujer están pensando que soy? Yo soy incapaz de autodefinirme.
Luego  ¿por qué les parece que no soy de “ese tipo”? ¿Estaré por encima o por debajo de lo que les encaja como prostituta?
Y por último, ¿Les parecerá correcta mi motivación? ¿Se sentirán aliviados si les digo que es por placer o les parecerá superficial que no sea por desesperada necesidad?

Mientras todo esto pasa por mi cabeza a la velocidad del rayo me lanzo a contestar como siempre hago: con sinceridad. Es tontería querer aparentar lo que no soy cuando ni siquiera sé si soy lo que quieren que sea, incluso cuando me importa que mi respuesta  y toda yo seamos de su agrado. Pero no queda otra que soltar la verdad: Lo hago porque me gusta.
Lo hacía antes de tener que unirlo a la ayuda económica. Si no me hiciera falta, lo haría sin dinero de por medio, pero lo seguiría haciendo. La casualidad y el atreverme a todo fueron dos factores importantes para dar el paso. Esto creo que os lo podré contar más adelante.
He de confesar que he aprendido a encontrar cierto morbito agradable en sentir que soy capaz de hacerlo por dinero y en que otros piensen que lo merezco.
 Pero igual os digo que sigo, en algunos momentos, sintiéndome culpable. Y entonces tengo que repetirme a mí misma que ni los futbolistas ni los cirujanos tienen escrúpulos a la hora de cobrar por algo que les apasiona. No os engañéis, no lo comparo a ellos por la cantidad de pasta que ganan, sino porque es vocacional. Sería más como cuando un escritor vive de su literatura, de algo que  le encanta hacer y en lo que pone mucho de sí mismo.
Tras esta disertación ya convertida en letanía, me perdono y me quedo en paz conmigo misma. Y agradezco infinitamente la ayuda a las personas que me han elegido para momentos tan agradables e íntimos. Y me siento muy afortunada por poder vivirlos y que me permitan además cubrir mis necesidades. Y doy gracias a Dios, sí, soy cristiana, esto tampoco me sale ocultarlo y además, se me nota la educación católica. Manda narices mezclar religión y prostitución, estaréis pensando. Pero es que así soy yo, contradictoria y compleja. Insegura, directa y transparente.

Me encanta el sexo, creo que es algo natural, bello, beneficioso y necesario. Y yo tengo la oportunidad de cubrir esa necesidad básica, la mía y la de los demás, digo.
Y me apasiona el género humano y conocer al mayor número de personas posible, enriquecerme a través de la conversación, conocer formas de pensar  interesantes y  variadas. O simplemente disfrutar compartiendo una pieza musical o comentando un libro. Arreglar el mundo filosofando y conocerme más a través del contraste con otras formas de ver la vida.
Besos, caricias, sonrisas, placer, secretos  y abrazos no tienen precio, yo siempre insisto en que cobro por mi tiempo y disponibilidad, el resto es gratuito y voluntario.
Por supuesto que no siempre siento atracción  y no siempre es agradable, ni me apetece siempre con la misma intensidad. Pero es que para mí lo importante es la otra persona, y en cada momento procuro recordarme que mi labor y mi deber es hacer que durante el tiempo que esté conmigo se sienta la persona más mimada, más atendida y más cuidada de la Tierra. Me gusta pensar que contribuyo a su felicidad, de forma temporal y limitada a mis capacidades. Es reconfortante saber que eres artífice del bienestar de alguien.

Y tengo bien comprobado que las personas dan multiplicado por mucho todo lo bueno que reciben. Al menos la mayoría con las que he tenido el placer de compartir tiempo, placer, juegos, ocio y confidencias.

Espero que haya quedado satisfecha vuestra curiosidad. Y gracias por interesaros en saber que lo hago de buen grado. Yo por mi parte, ya me siento plenamente justificada. Ojalá llegue un día en que no tengamos que tener razones ni conflictos morales para disfrutar de todo lo que nos haga sentir bien.

En fin, gracias por ayudarme a  vivir de lo que me gusta. J
Os envío una cajita de besos variados.



6 comentarios:

  1. "Manda narices mezclar religión y prostitución, estaréis pensando."

    En Génesis 12 Abram hizo pasar a su mujer, Sarai, por su hermana al llegar a Egipto, era hermosa y Abram temía que le mataran por ello. La Biblia cuenta que llevarla a casa del faraón le hizo bien a Abram, se hizo riquísimo. Luego el faraón le descubrió y le expulsó por mentirle. Lo que me sorprende es que el faraón no le matara, mira que mentir a todo un faraón. Pero, en aquella época, el proxenetismo debía ser un pecadillo de nada para el cristianismo.

    Gracias por hacerme feliz, Perillán.

    ResponderEliminar
  2. No, por favor, soy yo quien tiene que estar agradecida.
    Más ahora que me dejas saber que contribuyo a tu sonrisa.
    Mil besos

    ResponderEliminar
  3. No creo que haya "una profesional" estandar. Las habrá que hagan unos servicios u otros, más altas o más bajas, más o menos delgadas, ...

    Cada una lo hace por una serie de motivos : necesidad económica, porque le encante el sexo, ...

    Pero sí sé que no te dedicaras a ello, habría que inventarte.

    Gracias por ser como eres.

    ResponderEliminar
  4. Si es que...mira que te gusta sacarme los colores. Tú sí que eres de lo que no hay. Y he tenido la suertaza de encontrarte.
    BESOS :) :)

    ResponderEliminar
  5. "Para mí lo importante es la otra persona, y en cada momento procuro recordarme que mi labor y mi deber es hacer que durante el tiempo que esté conmigo se sienta la persona más mimada, más atendida y más cuidada de la Tierra"
    Puedo dar fe de ello, que tras unos años de retirada de este mndillo, volví y a la egunda, me di de narices que esta mujer.
    Los que la conocemos, aunque tengamos en mente otro tipo de físico (y el de Laura "me va"), automáticamente lo dejamos de lado por su digamos, saber hacer y saber estar.
    Incluso cuando no pudo por un motivo, me recomendó a una amiga íntima suya (Gala), porque para ella, me comentó, lo principal era mi satisfacción.
    Me alegro de leerte por aquí y ¡ánimo!, escribre que espero ansioso ya sabes qué.

    ResponderEliminar
  6. ¡¡Hola!!

    Que gusto saberte por aquí,saber que sientes que tu satisfacción es lo primero. Aunque luego sea un "duelo" constante para ser el que más placer de al otro.

    Estoy con el relato, pero tengo que decidir qué final ponerle o dejarlo abierto...

    ResponderEliminar