lunes, 1 de agosto de 2011

VIVIR DE VACACIONES

A veces parece que vivimos esperando las vacaciones para descansar y hacer lo que nos gusta y que cuando se acaban nos da un síndrome en el que nos quedamos mustios esperando el próximo fin de semana o el próximo puente.
Yo en estos días que me he tomado, entre actividades de ocio y descanso he aprovechado para sacar tiempo para escucharme y aclarar ideas. Y me he dado cuenta de que le estaba dedicando demasiado tiempo al trabajo y a los problemas cotidianos y muy poco a mi misma y a disfrutar.
Entre otras cosas, he ido espaciando mis furtivos encuentros para centrarme en otras cosas y no me daba cuenta de lo mucho que lo echaba de menos, de lo bien que vienen para la salud mental y física.
Esos encuentros que son como oasis en los que puedes olvidar el reloj y el mundo, desconectar y sentir las mil y una formas de dar y recibir placer, jugar, reír, conversar, acariciar y  terminar extasiados y felices. Recargar pilas para seguir fuerte y positiva la jornada que luego es mucho más llevadera.
Se puede estar de vacaciones,  al menos una vez al día.
¿Playa, montaña o mi estudio? ;)