Querida Laura: ¡Que deleite de experiencia relatas ! Es tan completa, tan intensa, tan arrobadora, que mientras la leía no pudo menos que acariciarme yo también...recordando. Me asombra que alguien pueda dudar de la veracidad de lo que cuentas. Salvo alguna acrobacia como la de la escalera, doy fe de que contigo todo lo que describes es posible: pasar de la extrema dulzura al extremo morbo, de la caricia apenas insinuada al sexo más cañero y salvaje, todo en una sola tarde, en el lapso de pocas horas. Lo que te hace única...es que lo eres !
PD: Sin embargo, creo que te olvidaste de algo al escribir " ¿Y que me harás?". El postre: los pequeños roces de tus labios, tímidos e impagables cuando ya tenemos un pié en el estribo....¡Dicen tanto, y son tan dulces!
Querida Laura:
ResponderEliminar¡Que deleite de experiencia relatas !
Es tan completa, tan intensa, tan arrobadora, que mientras la leía no pudo menos que acariciarme yo también...recordando.
Me asombra que alguien pueda dudar de la veracidad de lo que cuentas. Salvo alguna acrobacia como la de la escalera, doy fe de que contigo todo lo que describes es posible: pasar de la extrema dulzura al extremo morbo, de la caricia apenas insinuada al sexo más cañero y salvaje, todo en una sola tarde, en el lapso de pocas horas.
Lo que te hace única...es que lo eres !
PD: Sin embargo, creo que te olvidaste de algo al escribir " ¿Y que me harás?". El postre: los pequeños roces de tus labios, tímidos e impagables cuando ya tenemos un pié en el estribo....¡Dicen tanto, y son tan dulces!