No puedo más que sentirme afortunada cuando comparto momentos íntimos con una persona que de nuestro encuentro espera que yo también disfrute. Que entrega en vez de pedir y que se excita con mi placer.
Incluso hay quien me ha pedido mirarme mientras me acaricio porque el simple hecho de verme excitada produce lo mismo en él.
Es una sensación dulcemente indescriptible que alguien que me podría exigir su disfrute sin contar con el mío, se deleite al besarme delicada o apasionadamente, me regale caricias, se entretenga en calentarme, en prepararme, en ir aumentando el deseo y la excitación.
Mi cuerpo entonces responde agradecido, estimulado, y termino
viernes, 13 de mayo de 2011
Y, ¿qué me harás?
Os dejo un relato en mi foro amigo. Espero que os guste. A mí me gustó varias veces mientras lo escribíamos.
http://www.esaschicas.com/phpBB3/viewtopic.php?f=104&t=1493
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